Definiendo las nuevas fronteras sin bordes del derecho de autor

El Tribunal Federal de Manhattan dictaminó recientemente que Ed Sheeran no infrigió derechos de autor con su tema «Thinking Out Loud», acusado de plagiar «Let’s Get It On» de Marvin Gaye.

Esta no es la primera vez que una estrella de pop se enfrenta a un juicio: Pharrel Williams fue demandado en 2013 por haber plagiado «Blurred Lines» de Marvin Gaye. El demandado argumentó que la canción “Got to give it up”, no infringía los derechos de autor, pero debió pagar cinco millones de dólares a la familia de Gaye.

Led Zeppelin fue demandado por infracción de derechos de autor por su popular canción “Stairway to Heaven” en el año 2016. La banda Spirit les plantó un juicio por su similitud con la canción “Taurus”, pero perdieron el juicio contra los gigantes del rock.

The Verve fue demandado por infracción de derechos de autor por su hit del año 1997, “Bitter Sweet Symphony”. El juez encontró que la canción era similar a una de Rolling Stones de 1965 llamada “The Last Time” y dio la razón a los demandantes, que años después cedieron sus derechos al vocalista Richard Ashcroft.

Pero con la inteligencia artificial, es posible que juicios por derechos de autor sean más comunes que hasta ahora. Y más complejos. Hay cientos de programas, para componer obras musicales, literarias, de diseño y pintura.

Así por ejemplo, en California, tres ilustradoras, Sarah Andersen, Kelly Mckernan y Karla Ortiz, han demandado, a Stable Difussión y Midjourney, dos motores de Inteligencia Artificial dedicados al diseño gráfico. Y DeviantArt también está en la mira. El abogado demandante es Matthew Butterick, experto en derechos de autor y en Inteligencia Artificial.

El problema con estos sitios, es que puedes decirles que te hagan una obra de arte con el estilo de cualquiera de las autoras y muchos otros. Son aplicaciones, redes neuronales formadas por millones de datos, que permiten construir modelos “inspirados” en obras humanas. Y los motores, no son considerados autores.

Puedes pedirle un paisaje de atardecer al estilo Van Gogh, o una canción de amor inspirada en The Beatles, una viñeta similar a Peanuts, incluso una fotografía en blanco y negro similar a las de Robert Doisneau.

Asì las cosas, los debates van a ir mucho más allá de los que estamos acostumbrados en la música, donde hasta ahora se trataba de unos cuantos acordes. Ahora es un problema de pixeles, de lenguaje binario. Es el comienzo de muchos juicios.

Y el Derecho va a tener que regular estas nueva áreas y sus potenciales conflictos, sabiendo de antemano que el desarrollo de la Inteligencia Artificial es la liebre y la norma es la tortuga.

Se puede afirmar que la decisión del caso, va a ser un precedente muy relevante para el futuro de la Inteligencia Artificial, en lo relativo al derecho de autor.

Puedes ver las demandas en este link y en este otro link.

Abogado, Doctor en Derecho, Magister en Derecho Penal, Profesor de Derecho Penal, Procedimiento Penal y Litigación Oral.

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