Leo que pronto dejaremos de usar mascarillas y todo parece indicar que la pandemia está en retirada. Parece ser así, porque los que han viajado fuera del país en el último tiempo, cuentan que los chilenos se distinguen, porque todavía tapan el rostro con las KN-95, mientras el resto camina libre por la calle.
Cuando en noviembre de 2020 escribía que era aún difícil evaluar el impacto del COVID en el teletrabajo, aún veíamos muy lejana la salida, pero al menos podíamos hacer un diagnóstico temprano, donde examinaba lo bueno y lo malo. Luego me atreví a hacer una proyección para la profesión post pandemia. ¿Qué ha quedado desde entonces?
Somos personas con razonables temores de ser atacados nuevamente por una pandemia, pero el aprendizaje de estos años nos encontrará preparados, si nuevamente en algún mercado de animales se dispara otro virus por el mundo. Pero más allá de lo puramente sanitario, me atrevo a hacer la lista de lo que debiera permanecer en nuestro trabajo legal.
- El uso de la videoconferencia en el ejercicio profesional, para todas aquellas audiencias en la cuales no es relevante lo presencial. Así ocurre con numerosos alegatos ante las Cortes, audiencias de mero trámite ante los tribunales e incluso audiencias con otros intervinientes, cuando no es necesario examinar papeles.
- El fortalecimiento de la educación a distancia, lo que permitirá la internacionalización de la docencia y la cooperación universitaria. Descarto la docencia de pregrado, claramente, por una cuestión de madurez intelectual, ellos no están preparados para la enseñanza virtual.
- La mantención de protocolos sanitarios en los lugares de trabajo y de enseñanza. El énfasis en la profilaxis y el autocuidado, conjuntamente con la vacunación masiva, son a mi juicio dos elementos relevantes que terminaron por derrotar, esperemos que por un largo tiempo, a la pandemia.
Si Ulrich Beck pudiera hablarnos, seguramente nos diría: ¿Ven que tenía razón, que vivimos en una sociedad de riesgo? Y la verdad no podríamos contradecirlo. Cada vez que la internet se pone inestable, o en medio de un juicio desaparece alguien de la pantalla, o se cae el sistema del Poder Judicial, pienso que una pandemia no es la única amenaza que nos rodea. Pero ese tema es para otro posteo.
Por ahora hablemos sólo de lo que debería permanecer, cuando termine (?) la pandemia.