Los datas nos están consumiendo. ¿Cómo hacer una clase de Derecho más atractiva?

Con los programas de presentaciones, se produjo la primera revolución en las clases de Derecho. Convertimos el aula en un pequeño cine, y la pizarra fue reemplazada por los medios tecnológicos, aunque yo continué porfiadamente dibujando mis garabatos en la blanca superficie, como la extension perfecta de mis pensamientos.

Pero claro, mudé a las presentaciones y asistí a múltiples cursos de la especialidad, dictados con la ayuda del Power Point y el Keynote, las dos primeras aplicaciones que estuvieron disponibles.

Con más o menos variaciones, la herramienta lejos de ser el apoyo de las ideas se convirtió en la muleta perfecta, largos textos eran leídos por el disertante, incluyendo artículos, leyes, sentencias, asistimos a la reproducción perfecta de libros y normas. Mis alumnos me dijeron que surgió el profesor karaoke, el lector pasivo que no difería demasiado de aquel que dictaba a su autor preferido.

Algo andaba mal, la tecnología significa avances y al parecer habíamos distorsionado totalmente la utilidad del producto.

Los profesores entregaban los datas a los alumnos y éstos se aprendían las diapositivas, en el mecánico y aburrido formato de la memoria, repites el texto como poesía en el examen y tienes un siete. Me preguntaba seriamente si era realmente útil la clase o por el contrario era mejor que el profesor enviara su presentación por mail y los alumnos se dedicaran en ese tiempo a otras actividades más dinámicas o simplemente al descanso.

Vean las presentaciones de Steve Jobs, el CEO de Apple, que cada temporada encantaba a la audiencia con nuevos productos. Diapositivas limpias, con texto mínimo, una o dos ilustraciones, breves comparativas, como apoyo al relato, coherente, atractivo y lleno de conocimientos. La presentación era el foco de atención de la idea que desarrollaba, y el ser humano seguía siendo el protagonista, el verdadero transmisor de conocimientos. Con Tim Cook, las presentaciones siguen siendo igual de limpias y dinámicas.

Las diapositivas no reemplazan la necesidad de que los alumnos tomen notas, vayan a los libros, hagan su propio trabajo de aprendizaje. Nos quejamos de que no leen y nosotros les impedimos el ejercicio, exigiéndoles que memoricen unos cuantos textos que proyectamos en la pared. Ni siquiera les presentamos autores, copiamos pero no revelamos las fuentes, como si el conocimiento estuviera proscrito en alguna abadía medieval.

¿Cómo emplear de manera adecuada las presentaciones?

– Prepare siempre los contenidos que va a ver en clase.
– Haga una presentación sobria, minimalista, con dos o tres ideas por diapositiva.
– No olvide incluir alguna imagen, video, gif, etc.
– Revele siempre sus fuentes, anímeles a consultar bases de datos, que sean parte de la materia.
– Sea usted el protagonista de la clase, que la presentación sea un apoyo.

Nadie nos enseña a ser profesores, venimos del mundo del Derecho y por vocación estamos en la sala de clase. Aprendemos por el camino, a veces reflexivamente otras por instinto. La idea, es tener alumnos que aprendan motivados y felices.

Abogado, Doctor en Derecho, Magister en Derecho Penal, Profesor de Derecho Penal, Procedimiento Penal y Litigación Oral.

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