Leo que se van a fortalecer las fiscalizaciones a quienes tienen permiso de tenencia de armas, como una forma de controlar la circulación.
¿Es una medida eficaz para evitar los delitos?
Un adulto racional debiera ser lo suficientemente libre para optar por tener un arma a su nombre, contando con las destrezas, permisos necesarios y cumpliendo con la ley. Por eso el Estado promulga leyes de tenencia.
El crimen organizado ha avanzado lo suficiente como para que un arma de puño de 6 proyectiles no sea muy interesante para un delincuente, hoy poseen fusiles de asalto, cargadores tipo caracol de cien balas por minuto. Ese mundo ya cambió.
El verdadero problema es el tráfico de armas, una cuestión muy distinta que se inserta en el fenómeno de las organizaciones criminales, que hoy por hoy tienen más poder de fuego que un policía en la calle, por ejemplo.
Como en muchas cuestiones de seguridad pública, la dificultad no está en los poseedores legales, sino en los ilegales. Aquellos ya pasaron las barreras que el propio Estado ha indicado para la tenencia de armas, entonces fiscalizar a los legalmente inscritos, no es una medida eficaz, entre otras razones, porque distrae recursos escasos hacia la comprobación de actividades inocuas.
Leo también que la Policía de Investigaciones desbarató un contrabando de armas desde Argentina. Balas, pistolas, cargadores, venían desde Mendoza según se sabe. Punto para la persecución penal, que impidió la circulación criminal de dos mil proyectiles igual a dos mil muertos o heridos.
Si la idea es reducir la tenencia ilegal de armas en manos del crimen organizado, el camino es la investigación profesional y eficaz. Hay que descubrir las rutas de internación, los lugares de acopio y comercialización, y por sobre todo evitar que el poder de fuego ilegal, mute hacia los explosivos, armas antiblindaje e incluso equipos de guerra electrónica.
Actualmente el fenómeno está muy lejos de modelos como el ingenuo de Al Capone o el romanticismo de don Corleone. El crimen organizado es actualmente transnacional y como tal crea alianzas, también con los grupos antisistémicos.
Muchos problemas de seguridad pública derivan del extravío en la persecución, alimentado por el populismo penal o la falta de recursos o conocimientos técnicos a la hora de implementar modelos securitarios, basados en el éxito inmediato que no es tal.
El ciudadano que cumplió con todos los requisitos para tener armas, está muy lejos del daño social que causa el poder de fuego de las modernas organizaciones criminales.