Tiempo atrás conocí el caso de un defensor que no había entregado las pruebas, sino que las había dejado para el juicio oral, porque quería sorprender al fiscal. El imputado llevaba varios meses en prisión preventiva y sus amigos y familiares no se explicaban porqué tanto secreto.
En la primera reunión con el fiscal, éste simplemente dijo que tenía alguna idea de que había prueba de descargo, pero que no la conocía. El abogado se había dedicado montar la teoría de que todos odiaban a su cliente, incluido el fiscal y que nadie era digno de confianza.
Una de las cuestiones de las cuales se quejan los fiscales, es que a menudo no saben qué quiere la defensa, por lo tanto mi recomendación es entregar la teoría del caso. Ello además pondrá a prueba la objetividad del que investiga, que por cierto está obligado a otorgar espacio a la defensa para probar sus afirmaciones.
Por supuesto que el suministro de información ha de ser ordenado. No mezcle las cosas. Un punto puede ser los tags que demuestran que su cliente estaba pasando por un portal muy lejano a la hora de los hechos, otro irá sobre los testigos que vieron a la víctima pernoctar en un lugar distinto a aquel donde dice ser atacada. Sólo así, cuando el fiscal estudie la causa para tomar decisiones, se encontrará con el storytelling ordenado, que demuestra su teoría del caso.
Entonces el fiscal deberá ponderar entre ir a juicio, o tomar otras decisiones que bien pueden excluir a su cliente del sistema penal. Porque. no está obligado a ir siempre a juicio, sino que debe investigar objetivamente los hechos e interrumpir la persecución penal, apenas la investigación demuestre plenamente la inocencia del imputado.
Al menos en un Estado de Derecho, así funciona el sistema.