En el mundo de la abogacía, la pandemia ha traído nuevas formas de trabajo, entre las cuales las reuniones vía zoom, meet, facetime y en otras plataformas, han pasado a formar parte de lo cotidiano.
El abogado o el cliente ya no concurre a la oficina, donde lo recibía un abogado vestido de manera formal, sino que luego del envío del link, ve la imagen en una pantalla. Los códigos de vestimenta se han relajado y los entornos de la reuniones también.
Pero las nuevas prácticas, no tienen porqué afectar la imagen profesional de los abogados, muy por el contrario, es necesario mantener ciertas reglas de etiqueta. Aquí van algunas que surgen de mi propia experiencia y lo que he conversado con otros colegas.
- Procure que el encuadre de la imagen sea el adecuado. Nada más perturbador que conversar con alguien que pone la cámara bajo el rostro y exhibe sin pudor sus fosas nasales. La conversación sigue siendo un acto de mirarse a los ojos, ponga su mirada en la cámara.
- No es elegante que apenas se vea la mitad de su rostro, o aparezca sólo su cuello y cabeza, como si emulara a un guillotinado, al estilo de Mr. Potatoe o el mirón que dibujábamos en los cuadernos del colegio. Adopte una posición natural, imagine que está hablando a través de la ventana.
- Su devoción por Metallica, no debe ser expuesta con la polera del último concierto. Usted sigue siendo un profesional, aún en la videoconferencias, y su vida personal o el dress code de fin de semana sigue siendo propio de sus días de descanso.
- Permita que hable su interlocutor, es un diálogo, no se convierta en el stand up de moda, sobre todo si en su condición de Juez, le corresponde dirigir la audiencia. Que no se note su ansiedad por terminar pronto el trabajo de la mañana. Y por cierto, antes de conectarse, infórmese grosso modo de qué se trata la audiencia y las calidades de los intervinientes.
- Antes de conectarse, revise la calidad de su conexión. Nada más complicado que hablar con alguien, que debe reconectarse a cada momento o queda con su imagen congelada. Que el sonido sea el adecuado, no aparezca como hablando bajo el agua o alentando a su equipo favorito en el estadio
- Cuando su imagen aparezca en cámara, espere que se conecte el audio y salude, no es elegante interactuar con el hardware y repetir una y otra vez ¿se escucha?… ¿me escuchan?… ¿se ve?… ¿me veo? y luego irrumpir con un ¡Hola! como si viniera saliendo de una cámara hiperbárica
- Aprenda a utilizar el software de comunicación, de tal forma que sepa compartir una pantalla, chatear o enviar un archivo. Su interlocutor no es el técnico informático que le enseña cuestiones a menudo muy simples como la forma de conectarse adecuadamente. Su interlocutor espera que tenga tales habilidades
- Que el entorno en el cual desarrolla la reunión sea lo más neutro posible. Si por alguna contingencia debe hacer una reunión desde casa, siempre será mejor mostrar la pared desnuda que su dormitorio, o la cama de su mascota. Si es inevitable, hay fondos que pueden instalarse en la imagen
- Hay ciertos costos económicos que van a formar parte de las actividades profesionales. No es muy elegante advertir a quien dialoga con Ud. que tiene una conexión gratuita y su tiempo es limitado. Peor se ve cuando en medio de la conversación se desconecta súbitamente porque expiró su tiempo.
En suma, los nuevos hábitos de trabajo, deben ser asumidos de la forma más natural posible, como parte de lo cotidiano. La comunicación a través de videoconferencia, debe mantener las reglas básicas de etiqueta que construyen las relaciones profesionales de confianza.