¿Va a colapsar el sistema penal?

Leo que hasta febrero de este año habían 300 mil causas postergadas, varias de ellas preparaciones de juicio oral. Y que la gran mayoría de las audiencias realizadas durante la pandemia, son controles de detención y formalizaciones.

Todo se ha preparado para cuando termine la pandemia. Que bien, porque el problema puede ser muy grave.

Pero yo no sé cuándo terminará la pandemia, no porque me haya atacado súbitamente un ataque de pesimismo, sino porque seamos serios, al virus no lo controla nadie, en ninguna parte del planeta.

Esperemos que logremos la inmunidad de rebaño en tres meses más y que el virus no siga mutando al punto que el trabajo de los científicos haya sido en vano.

Y no me vengan con que las cuarentenas resultan o no resultan, porque la gente no les hace caso. Hay un grupo de antisociales que hacen fiestas y aparecen en todos los noticiarios por varios días, pero hay muchas personas que simplemente no pueden someterse al encierro, porque hay que cumplir con responsabilidades y sobrevivir.

Porque la pandemia, es un ejercicio de sobrevivencia. Aún cuando vayamos normalizando las camas críticas, los entubados y las muertes. Lo que es un profundo error.

Es lógico que no pasemos más allá de las formalizaciones

La razón es simple, no concibo una audiencia de preparación de juicio oral sino presencialmente. ¿Cómo haces el debate de las pruebas? ¿Cómo revisas los documentos o currículums? ¿Cómo demuestras materialmente una ilegalidad que deriva en prueba ilícita? 

Y para el juicio oral, ¿Cómo refrescas memoria, demuestras o superas una contradicción del testigo? ¿Cómo el juez o el litigante puede advertir el lenguaje gestual del testigo? No me digan que van a declarar con mascarilla.

Es el equivalente a que el testigo declare por video en circuito cerrado.

Es decir la lista es larga y atiende al corazón del debido proceso. Una audiencia, un juicio sin todas las garantías, no es debido proceso.

Hay riesgos importantes cuando se abra el dique

Si en febrero había 300 mil audiencias pendientes, hoy son más y cuando termine la pandemia serán más todavía.

¿Cuáles son los riesgos cuando todo vuelva a ser normal?

  • Que por avanzar rápido, en los tribunales se bajen los estándares de derechos. 
  • Que los intervinientes, agotados por el encierro, incluso con problemas nuevos de salud mental, no soporten la presión y deban abandonar transitoriamente el trabajo a través de licencias médicas.
  • Que a pesar de las programaciones, la duración de los juicios alcancen a los siguientes, creando un nuevo problema de agenda.
  • Que se pierdan muchas pruebas, porque con el tiempo el testigo está inubicable, el servicio médico legal no hizo la pericia o el policía no recuerda los hechos.
  • Que los policías estén dedicados preferentemente a declarar en juicio, descuidando sus funciones de seguridad pública y las órdenes de investigar..
  • Que el Servicio Médico Legal, simplemente no pueda estar simultáneamente declarando en juicio y haciendo pericias.
  • Que en segunda instancia se produzca un nuevo cuello de botella, atendida la avalancha de recursos de nulidad, lo que será coincidente con los recursos de la justicia civil, también paralizada en este tiempo

No, una vez más no habrá tiempo para discutir la reforma a la justicia civil.

Y mientras tanto qué ha pasado

Son varias actitudes preocupantes.

La víctima está invisibilizada. Las medidas sanitarias han relegado a los fiscales al teletrabajo y por ende no atienden público de manera presencial. Aún cuando existen comunicaciones via zoom, convengamos que el dañado necesita ser acogido presencialmente.

Las policías, aludiendo al estallido social y la pandemia, tienen cientos de órdenes de investigar paralizadas, desde hace nueve meses y más. Con el retraso que ello significa para los procesos. Puedes llamarlos para ofrecerles coordinación para las pruebas. Algunos te contestan, otros no, una minoría atiende los requerimientos.

Por supuesto no toman declaraciones presenciales, hemos vuelto a enviar las declaraciones escritas, con el consiguiente deterioro en la calidad de la investigación.

El Servicio Médico Legal, en algunas jurisdicciones, sigue con su histórica pobreza de recursos y los tiempos de respuesta son muy lentos. Hemos detectado falencias importantes en algunos informes.

El teletrabajo y la pandemia, también impiden el contacto personal con los fiscales. Nobleza obliga, Concepción tiene buen nivel de persecutores, que a pesar de todos los problemas hacen lo que más pueden. Hemos tenido buenas experiencias también en otras ciudades. Casos puntuales.

Al final es un problema de actitud

Pero en algún lugar del Reyno de Chile, hace cuatro meses que estamos esperando unas copias. Es verdad, la causa terminó pero eso no quita que el imputado tenga los últimos anetcedentes, aunque hayan llegado después del cierre de la causa. No es el único caso.

También hay algunos que simplemente no te contestan. O te contestan de malas ganas, con respuestas ininteligibles o impertinentes. 

El problema es que todas estas actitudes, van a profundizar el atraso.

Podemos dictar cien leyes adecuatorias, pero el verdadero remedio es el compromiso de todos los intervinientes con el sistema. Cuando alguien no hace su trabajo, profundiza el problema futuro, el atraso va a ser mayor.

Y nos obliga a nosotros, a poner el rostro frente al cliente, por las omisiones ajenas. No es justo. 

Es como la pandemia, puedes dictar cuarentenas, restringir las actividades, poner toques de queda, pero el contagio, al final va a depender de tí mismo, de tus actitudes, de tu compromiso con la salud.

Así como en este caso, para que el sistema penal funcione, depende de tu compromiso con el sistema de justicia.

Abogado, Doctor en Derecho, Magister en Derecho Penal, Profesor de Derecho Penal, Procedimiento Penal y Litigación Oral.

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