La independencia política no existe. Pregunten a alguien su concepto fino de la libertad, de la mayor o menor regulación estatal o la forma de crear y compartir riqueza y ya está.
Lo que existe, son personas que nunca han militado en los partidos políticos, que no han tenido cargos de representacion o no dedican su tiempo a los asuntos públicos de manera permanente.
Los independientes nunca han tenido una posición confortable en la politica, ahora tampoco, los requisitos para la forar parte de la Convención Constituyente, por ejemplo, son muy exigentes para la forma de obtener apoyos, excepto que se integren a listas de los partidos. La actual Constitución dice que los partidos no pueden tener privilegio alguno o monopolio de la participación ciudadana. Letra muerta.
Sin embargo y por primera vez en mucho tiempo, los independientes han asumido una posición expectante para la Convención Constituyente. Una reciente encuesta de IPSOS y Ciudadanos, nos dice que dentro de los perfiles que generan mayor confianza para el trabajo un 53% prefiere personas expertas en Derecho constitucional y un 38% votaría por profesionales destacados. Las personas con trayectoria politica y/o experiencia en cargos públicos, tienen sólo un 19% de adhesión.
Es posible que el fenómeno se deba a que las personas conciben la elaboración de la nueva Carta como un asunto técnico, pero también es un hecho que la clase política en general no tiene buena evaluaciónen la opinión pública.
Creo que no es posible la participación democrática sin un robusto sistema de partidos políticos. Es importante ubicar las cosas en su sitio, partiendo por considerar que si bien es cierto la política no goza hoy de un gran prestigio, el aporte independiente, tampoco es la intervención de convencionales que no tengan ideas sólidas sobre los temas públicos.